*Ninguna resistencia del gobierno de México a la petición, solicitud o exigencia del gobierno del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum se puso ‘de pechito’ y se dobló a la primera en las ‘negociaciones’ que tienen que ver con la inédita e histórica ‘cuerda’ de narcos que fueron extraditados a los Estados Unidos, donde la cereza del pastel, es el traslado de Rafael Caro Quintero, uno de los fundadores del Cártel de Guadalajara.
El narco mexicano era uno de los objetivos de alta prioridad en el Departamento de Justicia de los Estados Unidos desde 1985, el mismo año en que el agente de la DEA, Enrique ‘Kiki’ Camarena, fue torturado y asesinado a manos de los integrantes del Cártel de Guadalajara.
La lista de ‘finísimas’ personas con pecados capitales en varias entidades y ciudades de los Estados Unidos, representa de facto, un acto de sumisión del gobierno mexicano, que seguramente será recordado por mucho tiempo en los anales de la historia del narcotráfico en este país.
A Caro Quintero le habían concedido una suspensión de plano para evitar fuera llevado a Estados Unidos, pero ya le habían advertido en un documento del Juzgado Segundo de Distrito en Materia Penal en el Estado de México, que, si se lo llevaban, se haría física y jurídicamente imposible la resolución del caso, y menos pensar en una posible reparación de las violaciones a sus derechos humanos.
Es decir, que desde días antes ya estaba avisado que vendrían por él.
Quien sabe si por ese hecho, el periodista y corresponsal extranjero y escritor especializado en asuntos del narcotráfico, Ioan Grillo, quien ha estado muchas veces en Ciudad Juárez investigando diversos asuntos relacionados con el crimen organizado, haya sido, como lo reportó Infobae, el primero en reportar la presunta entrega del ‘Narco de Narcos’, poco después de que se dio a conocer el operativo en el CEFERESO No 1 de “El Altiplano’, tras su recaptura en 2022.
El asunto es que México le tuvo que entregar a Estados Unidos 29 ‘angelitos’ de diversos centros penitenciarios del país, y ello incluye a seis que enfrentan la posibilidad de la pena de muerte: además de Rafael Caro Quintero, Aliso Martin Sotelo, José Rodolfo Villarreal, Vicente Carrillo Fuentes, Andrés Clark y Luis Gerardo Méndez Estevane.
Se confirmó también la extradición de los hermanos Miguel Ángel y Omar Treviño Morales ― ‘Z-40′ y ‘Z-42′, respectivamente― y la de Antonio Oseguera Cervantes, hermano del líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), conocido como ‘El Mencho’ Oseguera.
Oficialmente, la extradición y entrega formal, responde a un acuerdo de cooperación internacional con los Estados Unidos, que se ha llevado a cabo con autoridades de las ciudades estadounidenses de Chicago; Houston; McKinney; Nueva York; Phoenix; San Antonio; Washington y White Plains.
Las autoridades mexicanas, a través de la Fiscalía General de la República y la Secretaría de Seguridad Pública, que confirmaron los traslados en los operativos, quedaron como los chinitos ‘nomás milando’.
El gobierno norteamericano informó en un comunicado, que “la custodia, traslado y entrega formal de dichas personas se realiza bajo los protocolos institucionales con el debido respeto de sus derechos fundamentales, en apego a nuestra Constitución y a la Ley de Seguridad Nacional y bajo solicitud del Departamento de Justicia de los Estados Unidos”.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum saldrá seguramente hoy a justificar la acción de extradición de los 29 narcotraficantes que fueron sacados de las cárceles mexicanas para entregarlos al gobierno de los Estados Unidos.
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