El inicio de la administración del Ing. Salvador Calderón ha estado marcado por un camino lleno de obstáculos. En su primer mes al frente, el nuevo gobierno ha enfrentado el descontento de aproximadamente 16 mil familias afectadas por la decisión de suspender programas de apoyo social implementados por la administración anterior. La cancelación de iniciativas como la «canasta solidaria» y «médico en tu casa» ha generado un clima de incertidumbre y frustración entre quienes dependían de estos beneficios.
La justificación del nuevo gobierno para detener estos programas es misteriosa; las promesas de «mejoras» a futuro no han logrado calmar el descontento. La pregunta que queda es: ¿por qué desmantelar algo que funcionaba? La administración necesita balancear sus decisiones, asegurando que las mejoras no vengan a costa de las necesidades básicas de la ciudadanía.
A pesar de estos tropiezos, es innegable que algunos directores de departamento están haciendo un buen trabajo, especialmente en el área de seguridad pública. La experiencia y el conocimiento de estos funcionarios contrastan con prácticas del pasado, donde los nombramientos respondían más a favores personales que a la capacidad profesional. Este es un rayo de esperanza en un panorama complicado.
Sin embargo, el sector de los medios de comunicación se encuentra en un limbo. Los rumores sobre la falta de apoyo económico a los medios «pequeños» han llevado a la publicación de notas críticas hacia la administración. Es esencial que la administración de Calderón reconozca el papel vital que juegan estos medios en la comunicación con la ciudadanía. La transparencia y la apertura son clave para construir confianza.
El descontento también se extiende a otros sectores, como los tianguistas, que han visto cómo sus beneficios han sido recortados. La reciente exigencia de cobro por uso de suelo y las amenazas de acción policial han generado una ola de resistencia. Esto podría tener repercusiones en futuras elecciones si no se busca una solución que beneficie a todos.
Hasta ahora, la administración ha centrado sus esfuerzos en concluir obras de la administración previa, sin presentar proyectos propios que beneficien a la comunidad. La entrega de mobiliario a las escuelas, aunque positiva, se siente más como un remanente del pasado que como una iniciativa propia. Es crucial que Calderón implemente programas de apoyo que realmente atiendan las necesidades de la población en lugar de priorizar los intereses de los empresarios.
El trabajo en el DIF Municipal también necesita atención, ya que muchos beneficiarios de despensas han quedado desprotegidos. La administración tiene la oportunidad de revitalizar estos programas y demostrar su compromiso con el bienestar de la ciudadanía.
En cuanto a la comunicación interna, parece que el alcalde no ha logrado establecer un canal efectivo con su equipo. Los retrasos en eventos y la falta de respuesta a las solicitudes de los ciudadanos son señales preocupantes. La percepción de un gobierno inaccesible puede socavar la confianza en su liderazgo.
El Ing. Salvador Calderón tiene un camino por delante. Con algunos meses antes de cumplir los 100 días de su administración, deberá demostrar que su gobierno puede ser más que una serie de tropiezos. La apertura, la atención a las necesidades de la ciudadanía y el compromiso con el bienestar social son esenciales para cambiar la percepción pública y ganar la confianza de aquellos a quienes sirve.